Esperando el reinicio del sistema
Estos días oímos hablar continuamente de atasco mundial: el retraso en los productos que pedimos, la falta de suministros necesarios para el desarrollo de otros artículos…Desde Florka, queremos explicaros un poco que está ocurriendo.
Actualmente, estamos tan acostumbrados a tener todo lo que necesitamos a un solo clic que no deparamos en la complejidad de las cadenas de suministro de los artículos que demandamos.
Aproximadamente un 90% de los productos que se comercializan en el mundo llegan a sus destinos en barco, un 60% en contenedores de acero.
Con la pandemia y el cierre de fábricas a nivel mundial, los bienes no esenciales tuvieron una menor demanda, por lo que la actividad industrial se vio disminuida en gran medida. Los puertos se vieron obligados a reducir su actividad, limitando a su vez su personal y recursos, haciendo que haya tan solo cinco navieras que gestionen hasta un 65% del mercado de contenedores en la actualidad.
El avance del comercio electrónico y el “ahorro” de los consumidores después del confinamiento, fue produciendo un aumento en la demanda de bienes no esenciales, al cual las cadenas de suministro no pudieron responder con la misma rapidez con la que esta avanzaba. Si a todo esto le sumamos un comportamiento de sobrecompra por parte de muchos consumidores y empresas, solo se puede contribuir de manera negativa a una pronta recuperación. Hemos ayudado a crear un importante desajuste entre la oferta y la demanda.
Durante este año las empresas de transporte marítimo han intentado ir adaptándose a esta gran demanda, hasta con reestructuración de rutas marítimas, pero las restricciones de la pandemia y los altos costes de barcos anclados, etc., han hecho entre otras cosas que se genere una acumulación de contenedores en puertos americanos y europeos, por lo que, habiendo la cantidad suficiente de los mismos, no estarían en el lugar idóneo para su uso. Por si nos pareciera poco, ocho de los diez puertos más importantes del mundo están en China, sufriendo actualmente la fábrica del mundo, un atasco para recordar.
Estas interrupciones seguirán afectando en los próximos meses a la disponibilidad, tiempos de entrega y precios de los productos, sobre todo a los sectores en los que dependen de cadenas más largas y globales: productos electrónicos, textiles y automovilísticos.
Las predicciones ponen como fecha límite el final de año de 2022 para que esta congestión del sistema desaparezca.